Estudiando la ruta

Estudiando la ruta
Expedición Licancabur

jueves, 18 de noviembre de 2010

Sierra Velluda, un sueño cumplido.


Sierra Velluda
Era diciembre del año 2006 cuando lograba llegar por primera vez a la cumbre del volcán Antuco. Y ahí, frente a mí, se robaba todas las miradas la imponente Sierra Velluda. Cubierta de glaciares y coronada por una diminuta cumbre a los 3585 mts de altura se debía tener mucha preparación, sin duda mucho coraje y por sobre todo la paciencia para tener el momento preciso para intentar escalar hasta su cumbre.

Los años pasaron y sentía que llegaba el momento para intentar este gran objetivo. La preparación no fue exclusiva para este cerro ya que año tras año, salida tras salida, íbamos aprendiendo lo que necesitaríamos aquí.

El grupo en un comienzo estaba integrado por varias personas, pero debido a lo exigente que sería  la salida solo 5 decidimos ir. Las 2 AM del sábado fue la hora escogida para partir de Chillán. Juan Carlos, Guillermo, Gerónimo, Hugo y yo los participantes. Nos turnábamos para manejar, ya que la semana laboral nos podía pasar la cuenta y el sueño a esa hora de la madrugada iba ganando terreno y poco a poco nos dormíamos. Despierto cuando ya estábamos en Los Barros y buscando el camino para poder adentrarnos por el valle y acercarnos algunos kilómetros. Nos detenemos antes que el sol nos alumbre y nos preparamos. Bajamos las mochilas, vemos el equipo que podría ser necesario en el cerro y comienza el trekking de acercamiento. Son las 8 AM cuando nos adentramos por el valle, aún sin tener decidida la ruta a tomar. Cruzamos un pequeño estero por encima de un puente de nieve y llegamos al valle rapidamente, donde decidimos tomar la ruta mas visible, lo cual nos llevará a encaramarnos por el glaciar este.

La travesía por el glaciar gracias a Dios no tiene mayores complicaciones. La abundante nieve mantenía bien cubiertas todas las grietas y el calor del mediodía la hacía lo suficientemente blanda como para hacernos decir algunos improperios cada cierto tiempo. El trekking era muy pesado y cansador.

El haber viajado durante la noche nos estaba pasando la cuenta, así que después de "almorzar" fue necesaria una siesta. Sin darnos cuenta de un momento a otro estábamos todos dormidos y por una hora completa, la Sierra Velluda nos acogió como unos bebés entre sus brazos. Después de eso volvieron las energías y cerca de las 5 PM llegamos al lugar elegido para el campamento. Dos carpas mas un vivac y a prepararnos para el gran día.

Aún faltaba mucho
Volcán Antuco entre nubes
Nevados de Chillán
Atardecer desde la carpa

A las 3 AM suenan nuestros despertadores y llega la hora de levantarse. Crampones, piolet, arnés, mosquetones, etc. La idea era que no faltara nada. Con la luz de los frontales avanzábamos en la oscuridad de una noche sin luna. Solo siluetas nos guiaban y la confianza por la ruta nos juega una mala pasada. Equivocamos la pasada por "el portón" y mientras salía el sol, nos damos cuenta que habíamos llegado a un sector donde era imposible pasar. En algún lugar nos equivocamos. Regresamos sobre nuestros pasos hasta que, vimos que era tan obvio, ahí estaba el portón. Un pequeño cruce por el glaciar y ahí, frente a nosotros, la canaleta oeste. Habíamos caminado casi 1 hr 1/2 buscando la ruta correcta y ahí estaba, porfín, después de verla en tantas fotos, de escuchar tanto relato. No lo pienso 2 veces y me voy directo a ella. No me importó la hora (había tiempo) ni su inclinación (facil mas de 60º en algunas zonas), yo solo quería subir lo más rápido posible. La rimaya no presentaba mayor difucultad para cruzarla y al mirar atrás ya vislumbraba que el resto de mis compañeros no subiría, quizas tomando esa cautela que decidí dejar en casa en esa salida. Solo el Hugo sigue conmigo hasta el final de la canaleta la cual, en rigor al tiempo, decidmos escalarla en libre, sin cuerdas ni seguros. El tiempo avanza y porfín, a nuestro alcance, el filo y la cumbre allá arriba.

Llegando a "el portón".
Mirando al Antuco.

A medio camino en la canaleta.
Hugo en la cumbre.
Desescalando la canaleta
Estaba cerca, el sueño estaba ahí, a poco pasos. Superar el filo no fue dificil, la ausencia de viento ayudó muchísimo y faltando poco ya nos reíamos solos... estábamos en la cumbre de la Sierra Velluda. La vista es espectacular, disfrutábamos de ese instante lo más que podíamos en pocos minutos, ya que teníamos que bajar lo más pronto y rápido posible, no tan solo por tener que volver a Chillán, sino que porque la canaleta ya estaba recibiendo el sol lo cual la hacía peligrosa debido a la caída de rocas y hielo.

Mientras desescalábamos la canaleta aún nos costaba creer que habíamos hecho realidad ese sueño. Nuestros amigos nos esperaban abajo y de pronto el zumbido de una roca que pasa justo por en medio de nosotros nos hace volver a la realidad y aceleramos el paso. Volvemos a pasar la rimaya, el cruce del glaciar (esta vez encordados) y el regreso a las carpas, donde nuestros compañeros ya habían llegado.

Luego el retorno, el largo y cansador trekking para regresar al jeep y regresar a Chillán, con una nueva cumbre para nuestro club y por sobre todo felices por hacer cumplido un sueño de aquellos, que se disfrutan para siempre.

Club Andino Nevados de Chillán

martes, 16 de noviembre de 2010

Volcán Llaima...el "infierno" en el cielo.

La lluvia caía incesante y daba la impresión que todo lo planificado por meses, se hacía agua.
La Sierra Velluda era el objetivo, sin embargo la cantidad de nieve caída durante los días previos (bastante anormal para la época) hacían que el camino de acceso al cerro se cubriera y por lo tanto hacía demasiado complicado llegar.

Cuando ya pensábamos en que no habría salida para los 3 días del fin de semana, surje la opción del volcán Llaima, alternativa que tomamos inmediatamente. Las mochilas ya estaban listas, solo que el destino cambiaba.

Durante el camino la lluvia no daba tregua y seguimos sin detenernos hasta llegar al tranquilo y pequeño pueblo de Cherquenco. Esperamos a que llegaran nuestros compañeros de viaje, Cecilia, Helen, Andrés y Valentín.

Al llegar, el panorama no ha cambiado mucho. Sigue lloviendo y comenzamos a subir hacia el centro de esquí. A los pocos kilómetros comienza a aparecer la nieve y al camino se tiñe de blanco. Una derrapada en el jeep y quedamos ahí. La nieve es tanta que impide llegar a donde queríamos instalar nuestro campamento base por lo que bajamos por el camino un poco y acampamos a la entrada del Parque Nacional Conguillío, sector Los Paraguas.

Al otro día, un fenomenal sol nos iluminaba y después de algunos contratiempos provocados por la cantidad de nieve aún presente en el camino, llegamos al centro de esquí y desde ahí a caminar hasta nuestro campamento base ubicado al final de los andariveles.

 Vista del volcán Llaima

Rumbo al CB.

Se va el sol... hasta mañana.

Los colores del atardecer
Un atardecer espectacular despide este día y nos prepara para la larga jornada que se nos venía.

En la madrugada, a las 4 AM, salimos de las carpas y junto a nuestro "guía" (un perrito que nos siguió desde el centro de esquí) empieza el ascenso. Lento pero seguro, avanzábamos por la ladera noroeste. Cuando salió el sol logramos ver el paisaje que nos rodeaba, con muchos volcanes y todos recién nevados.

Nuestro "guía" y los que encabezan el grupo (Helen, Andrés y Javier) poco a poco avanzan hasta donde las fumarolas se hacen mas evidentes, al punto donde los 3125 mts indican que se ha llegado a la cumbre del volcán Llaima. Con 1/2 hora mas o menos de diferencia, Ximena, Cecilia, Valentín y yo llegamos a la calurosa cumbre. El calor en la cumbre es intenso, con diferentes fumarolas y un suelo con piedras que derretían todo, literalmente.

Nuestra ruta y campamento.
Tolhuaca, Lonquimay, Callaqui, Sierra Velluda y Antuco.

Hacia la cumbre
Nuestro guía.
Mi modelo en la cumbre.
 Club Andino Nevados de Chillán en la cumbre del Volcán Llaima
Luego el descenso con intenso calor y el viaje a Chillán, retornando de una nueva aventura y conociendo una nueva cumbre de nuestra hermosa Cordillera de Los Andes.